Desde hace algunos años el mundo se encuentra en una crisis política, social y de credibilidad, provocada por modelos de desarrollo que, aunque han impulsado avances sostenidos, también se han acompañado de grandes desigualdades. La pandemia no ha hecho sino intensificar esta crisis.


Al mismo tiempo, vivimos al centro de la revolución digital y tecnológica que está acelerando profundos cambios sociales, muchos de ellos positivos e inimaginables. Otros, han hecho más visibles los retos que es urgente atender, pues ponen en riesgo las propias bases de nuestra vida democrática.


La tecnología puede y debe estar al servicio de la humanidad, pero para ello necesitamos reflexionar desde un punto de vista ético y responsable sobre las consecuencias inmediatas e indirectas de su diseño, desarrollo y aplicación.


Un futuro sostenible necesita ser incluyente y abrir espacios para todos. No es concebible sin igualdad, sin aprovechar plenamente el bono de género, sin trabajo decente, sin competencia o sin un uso ético de la tecnología.

El mundo digital es un sistema complejo con múltiples interrelaciones, donde conviven el internet, la inteligencia artificial, los datos, el blockchain o la robótica, con repercusiones en la innovación, la competencia, la privacidad, el trabajo, la igualdad, la democracia y la ética.


Es necesario abordar este ecosistema en toda su complejidad, para plantear las preguntas relevantes: ¿Cómo impulsar un internet diverso, abierto e incluyente?¿Cómo asegurar que la inteligencia artificial detecte y neutralice los sesgos humanos ¿Cómo hacer que la tecnología responda a las necesidades de las mujeres y a la diversidad de nuestra sociedad? ¿Cómo proteger la pluralidad, la diversidad y la tolerancia frente a las cámaras de eco que propician las redes sociales? ¿Cómo asegurar los principios democráticos en el ciberespacio?


Tendiendo vasos comunicantes entre lo tecnológico, lo social y lo humano, podremos perfilar ese mejor futuro que queremos para nosotros, nuestros hijos e hijas, nuestras comunidades, y para el mundo que compartimos.

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