La transformación digital es el nuevo motor de la innovación,  palanca de la recuperación económica y una herramienta que puede contribuir sólidamente en la construcción de un nuevo modelo de desarrollo que ayude al país a encontrar una senda de productividad y competitividad en los sectores público, privado y social.

Con un enfoque deliberado para generar un modelo de desarrollo incluyente, la transformación digital puede instaurar procesos virtuosos que incluyan a toda la población -el capital humano del país- en cadenas de creación de valor, y le abra las puertas para recibir nuevos beneficios, de forma que se cierren brechas económicas y sociales y se generen oportunidades de desarrollo para todas las personas.

Con esta perspectiva,  la digitalización no es un lujo ni una moda para ningún tipo de usuario, sino más bien un paso imprescindible para formar parte del ecosistema tecnológico que permite abrir nuevos espacios y oportunidades para toda la sociedad.

Puede ser una estrategia de alta eficiencia y gran eficacia para el mejoramiento del bienestar de la sociedad en general, porque sus efectos permean, directa e indirectamente, a toda la población y a todos los sectores.

Formalmente hablando, la transformación digital es un proceso de cambio de la cultura organizacional que incluye a la reingeniería de procesos, cambios en la manera de abordar y operar la solución de problemas y la digitalización de los procesos de toda organización. La transformación digital requiere de cambios, a veces profundos, que pueden dar como resultado la modificación de los modelos de operación o de negocio en gobiernos y organizaciones privadas y sociales. Es imprescindible para formar parte de la nueva revolución industrial 4.0 basada en la hiperconectividad, la automatización, el aprendizaje continuo de habilidades digitales y el aprovechamiento de los datos en tiempo real.

Pero los cambios exigidos por la transformación digital van más allá del ámbito de los gobiernos y las organizaciones, pues también involucran de diversas maneras a toda la población. Para que la gente pueda formar parte del ecosistema digital y tenga acceso a nuevos conjuntos de oportunidades antes inexistentes o que permanecen inalcanzables en el mundo analógico, se requiere primero que sepa cuáles son los beneficios que le esperan y después que se abra a la posibilidad de aprender las habilidades digitales con las que podrá obtener dichos beneficios.

Esas oportunidades y beneficios pueden materializarse de muchas maneras, desde la posibilidad de ejercer derechos como la salud, la educación y el acceso a la justicia, hasta formar parte de largas y sofisticadas cadenas de trabajo colaborativo con actores geográficamente distantes. 

Las tendencias mundiales resaltan el hecho de que las personas, empresas y gobiernos que no se están aplicando a la transformación digital, se están quedando atrapados en sistemas analógicos de baja eficiencia y altos costos de transacción, enfrentando riesgos como el de quedar excluidos de una enorme variedad de beneficios potenciales. Para los que se aferren  a ese camino, la brecha digital seguirá creciendo y con ella las brechas económicas y sociales. 

Por ello la transformación digital es un proceso estratégico que debe abordarse con urgencia y responsabilidad. El reto es ir incorporando a todos los sectores de la sociedad al gran ecosistema digital, para lo cual se requiere hacer mucha labor de persuasión y convencimiento de manera que la población se percate de los beneficios que puede obtener si pasa a formar parte de dicho ecosistema, y de los costos y pérdida de oportunidades si decide quedarse fuera. 

Ante esta perspectiva, es esencial impulsar un entorno habilitante donde se facilite el despliegue de la infraestructura, como el basamento fundamental sobre el cual se instalan las distintas capas de elementos que construyen el ecosistema digital: servicios, aplicaciones, contenidos, plataformas, usuarios y nuevos modelos de negocios.

Este documento explica por qué es importante la transformación digital para todas y todos y recoge los elementos fundamentales del entorno habilitador que requiere el desarrollo del ecosistema digital.

Este será el punto de arranque para una amplia convocatoria a la sociedad, para construir de forma abierta, informada y participativa estrategias claras y de largo alcance, herramientas y propuestas concretas   que faciliten y conduzcan al país a una verdadera transformación digital como palanca de desarrollo y bienestar para todas las personas.